La festividad de San Antón en Campillo de Altobuey

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Fiesta en otros tiempos muy esperada y bullanguera, ahora en peligro de desaparición; y es que ya casi no quedan caballerías y animales de tiro por la mecanización del campo.

Antaño abundaban tantas caballerías que se hacía una celebración en dos bandos de esta fiesta, los burros por un lado y las mulas por otro, de tantas que había.

El puñao se cogía lo más cerca posible de la casa de los sanantoneros que habían cogido los cargos. Sí había plaza cerca, por el espacio, se usaban. Interesaba controlar a la gente, que intentaba colarse para volver a coger más puñao y beber vino de nuevo.

En su día los frailes agustinos recoletos preparaban el refresco de San Antón mezclando cañamones, nueces y garbanzos tostados y salados.

Fotos antiguas

Las fotos muestran la procesión con el santo, bailado a hombros de los sanantoneros y acompañado en el recorrido por los animales de los que es patrón, a los cuales bendecía el cura. Tampoco falta la recogida del “puñao” en las plazas del pueblo, la bendición de los animales y la broma de los que participaban en la fiesta.

Programa de las fiestas de 1925

Vídeos de la fiesta

Anécdota del pitero de Tramacastilla

Del pueblo turolense de Tramacastilla. venían a veces dulzaineros que se contrataban para tocar en San Antón. Venían, pues, a tocar «la pita», que es el nombre que en Campillo se da a la dulzaina, y por «piteros» eran conocidos estos músicos.

En el precio por tocar se solía incluir la costa y la cama, es decir, se les contrataba a pensión completa, quedándose hospedados en la casa de alguno de los festeros donde se les atendía muy bien.

En cierta ocasión uno de ellos hizo algo que en Campillo estaba muy mal visto y era considerado como una falta de educación grande y, sobre todo, impropio de personas adultas: levantarse de la mesa a mitad de comida para ir a hacer sus necesidades.

Y eso es lo que hacía el «pitero de Tramacastilla«; le venía al hombre el apretón y salía pitando de otra manera al corral para aliviarse, aunque no sin antes decir: «No me esperen ustedes y sigan comiendo, que tengo una correprisa«. No sólo no lo habían de esperar, sino que además aceleraban el ritmo de la cuchara para ver si cuando volviera ya no quedaba nada en la fuente. En Campillo (y creo que en cualquier parte) no es de buena educación, cuando se está en el acto de comer, pasarse a su contrario, el de descomer. Y así, en cuanto a alguien le pasaba eso, pronto se le espetaba aquello de: Le ha pasao como al pitero de Tramacastilla, que se tuvo que levantar a mitad de comida.

Artículo académico

Artículo de Santiago Montoya Beleña con el estudio etnológico de esta festividad en Campillo de Altobuey publicado en la revista Cuenca en el año 1991 donde se describe la fiesta en la actualidad, la simbología de los cargos (bastón, husillos y bandera), el papel de la pita y las canciones, la cuestación, el rito del fuego, el «puñao»…

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1 comentario en «La festividad de San Antón en Campillo de Altobuey»

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