Juegos y deportes tradicionales de Campillo

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Aunque resulte difícil de creer, se cuentan por centenares los deportes o juegos rurales que llevaban la diversión a los pueblos y que están ligados con la agricultura y la ganadería.

No hay mucha distinción entre las actividades de los juegos y aquellas que eran necesarias para ganarse la vida, si bien cuando se convertían en juegos o entretenimientos su finalidad primordial era impresionar a los vecinos, amigos y familiares, a las mozas casaderas o dejar bien claro que había finalizado la pertenencia al grupo de los jovenzuelos y se había pasado por méritos propios y el respeto ganado al grupo de los adultos, y la fuerza, la destreza, la puntería o el tino así lo demuestran.

Las competiciones consistían en ver quien hacia el surco más recto y en el menor tiempo posible, cortar troncos a golpe de hacha, levantar gruesas piedras, tirar con la honda, hacer el salto de pastor, tiro y arrastre de carros cargados con sacos de trigo o arena, lanzamientos de reja, barra, eje o barrón, sacar la rosa del azafrán, carreras pedestres, diversas competiciones cinegéticas… En fin, prácticas cotidianas y con elementos de uso frecuente. Sin pretender ser exhaustivos, vamos a recordar algunos de estos juegos o deportes que se practicaban en Campillo.

Muchos se acordarán del Tiro de la Bola, en el camino que lleva su nombre y que ya pasó a mejor vida, sobre todo para los automóviles. Se lanzaban bolas de hierro de varios pesos y se trataba de ver quien llegaba más lejos con menos tiradas; era preciso tener buen brazo y se solía jugar las mañanas soleadas de domingo que no hubiera que hacer nada en el campo. En el Museo Etnológico de Campillo se pueden ver expuestas algunas de estas bolas y la gente todavía conserva en sus casas algunos buenos ejemplares de estas esferas o bolas hechas por los herreros del pueblo.

Bolas para el juego expuestas en el Museo de Campillo.

También se lanzaba o tiraba la reja (del arado), la barra (de hierro, entre 5 y 7 kilos, o más) y el eje del carro, para lo que cabía tener aún más fuerza, y podía tirarse tomando correntía o carrerilla o hacerse a pie quieto, dando el resultado la medición de la lejanía alcanzada.

También se tiraba el barrón, que requería mucha fuerza de brazo. El lugar de la tirada solía ser algún barbecho, era de trillar en desuso o la propia vereda y, como siempre, si las labores del campo lo permitían, porque el trabajo era lo primero, lo más importante y más sagrado.

Carreras de cintas también se han hecho en Campillo y hasta hace bien poco tiempo, montados en bicicleta, aunque en origen sería sobre caballerías. Las cintas escondían algún premio, en dinero o en especie, que luego entregaban los organizadores de la prueba.

Del mismo modo, se instalaron cucañas y hace unos cuantos años se vio la última, con premio de pernil al final del tronco embadurnado de grasa o jabón para hacerles difícil la cosa a los gateadores.

Carreras de campo a través (ahora llamadas cross) se han hecho tradicionalmente en Campillo, y competiciones de estiragarrote, tirasoga, carreras de sacos, pulsos, y se ha jugado a la calva, la chueca, el tranco y el más frecuente y exitoso hoy en día, el juego del galinche (con permiso de la extranjera petanca). El galinche es un juego muy extendido y en otros lugares se le llama juego del canut o canuto, caliche, tángano o chito.

Honda con piedra

Me consta que algunos campillanos interesados en estos temas de los juegos populares, están tratando de recogerlos para que no se pierdan, sus reglas de juego en Campillo y artilugios necesarios. Confiemos en que pronto publiquen algún librillo y desde aquí los animamos en la tarea recopilatoria.

La escuela y los maestros de educación física también tienen mucho que decir sobre el asunto y podrían hacer algo para recuperarlos y evitar su desaparición, como igual la Comisión de Festejos podría incluir todos o algunos de estos juegos o deportes en las competiciones que organizan en verano o en las fiestas de Virgen de La Loma. La Diputación Provincial organiza competiciones de juegos y deportes tradicionales (la última en 2019), en diversas categorías (infantiles, juveniles, absoluta, mujeres y veteranos) y en diversas fases competitivas comarcales hasta llegar a la fase final, para lo que ha preparado jueces o árbitros y ha unificado las normas de juego.

Y la gente mayor, pues que enseñe a sus nietos cómo se divertían ellos, porque al menos les arrancarán una sonrisa y les harán levantar la cabeza de la videoconsola y del móvil que tan absorbido les tiene el sentido.

En este documento descargable se recogen los principales juegos tradicionales de la provincia de Cuenca, incluyendo sus reglas para poder jugar. Escrito por Manuel de la Fuente Saiz y Pedro Fernández Castillo, gentileza del Museo del Juego:

Juegos-populares-de-Cuenca

El juego en la Historia

La gente se divierte desde la más remota antigüedad y lo hace con aquello que tiene más a mano. No tenemos más que dedicar una mirada al mundo griego y romano para darnos cuenta de la importancia de las competiciones deportivas, tanta que hasta las guerras se paraban con motivo de la celebración de los juegos.

En el año 1993, la Universidad Complutense de Madrid me concedió una beca para asistir a un curso en las Alpujarras donde numerosos historiadores y alumnos estudiamos las fiestas y los juegos en el mundo medieval y sus pervivencias en la España barroca y actual.

Se habló de las fiestas de los toros, moros y cristianos, carreras de cintas, cañas y alcancías, sortijas y estafermos, pero sobre todo nos ocupamos de esa especie de olimpiada que organizó el reyezuelo morisco Aben Humeya en Purchena para entretener a la soldadesca de las guerras de Granada. A esta competición deportiva acudieron turcos, magrebíes y moriscos del reino, allá por el año de 1569. Hubo competiciones de tiro con arco, de lanzamiento de la reja, carreras por el monte, levantamiento y lanzamiento de peso, salto de longitud, tiro con honda, lucha trabada, tiro de cantos, triple salto, etc., y eso sin contar las competiciones de danza, canto morisco, tañido de instrumentos musicales y baile de la zambra, recibiendo los ganadores en cada especialidad la corona de laurel y cien monedas de oro.

En fin, como vemos por estos datos, son remotos los orígenes de estos juegos o deportes que conocemos en la mayoría de nuestros pueblos, en algunos en proceso de recuperación porque en algún momento formaron parte de la tradición y del mundo del ocio a lo largo de la historia.  Santiago Montoya Beleña Campillo 2008.

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