Pocas veces ha salido la imagen de la Virgen de la Loma de Campillo.
Viajes a Cuenca
Las primeras ocasiones se trasladó a Cuenca con motivo de las coronaciones de las vírgenes de la capital. El 1 de junio de 1950 con motivo de la coronación de la Virgen de la Luz (se trata de su hermana gemela, si se me permite la expresión) y el 31 de mayo de 1957 para la coronación de la Virgen de las Angustias.
En ambos actos solemnes la Virgen de La Loma ocupó un lugar de privilegio y actuó como camarera mayor o madrina de las imágenes a coronar, por el hecho destacado y singular de ser la Virgen de La Loma la única imagen que en toda la provincia de Cuenca había sido coronada canónicamente, el 8 de septiembre de 1924, de manos del malogrado obispo D. Cruz Laplana Laguna. Un buen número de fotografías conmemorativas recuerdan tal acontecimiento y otras recogen diversos momentos de la coronación.
Viajes a Valencia
Debemos esperar a 1967 para la siguiente salida de la Virgen. Los años 60 fueron tiempos muy duros para las familias humildes que habían tenido la necesidad de emigrar a otros lugares en busca de trabajo y de mejores condiciones de vida y oportunidades para sí y para sus hijos. Por aquellos años la gente se pasaba largos periodos de tiempo sin volver a su pueblo; no había medios de locomoción, las carreteras no eran buenas, los viajes eran caros y el dinero no sobraba.
Esas circunstancias y la añoranza manifestada por numerosos campillanos residentes en Valencia hacia su querida patrona, Nuestra Señora de La Loma, llevó a pensar en la realización de esta peregrinación «a contrario», es decir, ya que los hijos no pueden venir a ver a su Madre, será la Madre la que vaya a Valencia para verlos a todos. Y así se hizo, con gran alegría de los campillanos que vivían por Valencia.
Pues bien: en junio de 1967, partió la comitiva acompañando la Sagrada Imagen hacia tierras valencianas. Se llevó también el trono de plata, se puso en andas, se celebró una misa solemne y se hizo una pequeña procesión claustral, mientras los campillanos cantaban el Ave María del Rosario bien acompañados por los sones de la Banda de Música local bajo la experta batuta y dirección artística del maestro Pedro Tinaut.
La cara de grata sorpresa de muchos valencianos todavía es recordada por algunos campillanos que participaron en tal acontecimiento. Pregunten, si no, a D. Gregorio Carrión o a Dª. Manoli López Cobo, que mucho podrán contar al respecto. La prensa conquense y valenciana se hicieron eco de la peregrinación, y la gente de Valencia que veía todo aquello se preguntaba qué Virgen era esa y de dónde había venido aquella imagen que era capaz de convocar a su alrededor tal cantidad de personas.
La imagen de la Virgen fue llevada en una segunda ocasión a Valencia. En la actualidad las condiciones de vida han cambiado para mejor, todo el mundo tiene coche, las carreteras son excelentes y los campillanos de Valencia, o los valencianos de Campillo, se plantan en un santiamén en el pueblo, en vacaciones o fines de semana, y si así lo desean pueden acercarse a visitar la imagen de la Virgen.
Quizá se desaprovechó la ocasión y no quedó en Valencia una imagen de la Virgen de la Loma, que podía haber sido colocada en alguna parroquia del centro de la ciudad, o en alguna iglesia de Mislata, de Alacuás o de Barona, donde viven tantos campillanos y sus descendientes.
Viaje a Iniesta
Después de los viajes a Cuenca y a Valencia, la imagen de la Virgen de La Loma solo ha salido a la vecina Iniesta, a un encuentro comarcal de imágenes, con grandísimo disgusto del que había sido párroco anterior, Don Guillermo Espada, del que les puedo asegurar que fue uno de los devotos más grandes y rendidos que haya tenido nunca la Virgen de La Loma (por ahí quedan escritos suyos). Y está en el recuerdo de los que le trataron, que para referirse a la Patrona lo mínimo que decía era «La Señora» o «Nuestra Señora», con aquella engolada voz que le caracterizaba, como si fuera la dueña indiscutible de Campillo y de los corazones de sus gentes.
Santiago Montoya Beleña, 2007