Las fiestas patronales de Campillo en 1712: el año de la consagración de la iglesia del Convento

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Las fiestas patronales en Campillo de Altobuey de 1712 fueron muy especiales con motivo de la inauguración del Convento de Nuestra Señora de la Loma, última fundación agustina verificada en España, según la Historia General de la Orden Agustina (Dec. XIII, cap. 1, Art. VI, pag. 346-358).

Según la crónica, los festejos comenzaron a las 3 de la tarde con un solemne toque de Vísperas, seguido de una procesión escoltada por cien hombres vestidos a usanza militar y acompañados por la música de tambores de guerra y dulzainas. Asistieron a la bendición de la Iglesia gran cantidad de personajes relevantes, tanto eclesiásticos como civiles, así como multitud de forasteros agasajando el convento a los presentes con dulces y bebidas.

Gloria a María en la Loma engrandecida dijeron en 1712 y escribieron en papelillos de colores que unos chiquillos vestidos de ángeles tiraban desde el anillo de la cúpula del convento para sorpresa y regocijo de los asistentes a los festejos.

Desfilaron los Estandartes y Cofradías de Campillo con las imágenes sagradas, todas ricamente vestidas y enjoyadas al igual que los cofrades que las llevaban. La Procesión era acompañada por el constante repicar de campanas y el disparo de morteretes, así como salvas de disparos por parte de los soldados.

Los cabildos mandaron empavesar las ventanas y poner luminarias, había fuentes de vino en las calles, mientras esa misma noche tenía lugar una espectacular función de pólvora según los medios de la época.

En los días siguientes, continuaron celebrándose multitud de oficios religiosos, procesiones y constantes salvas de pólvora y repiques de campanas, con la asistencia de corregidores provinciales y eclesiásticos ilustres de varios obispados, además de personajes poderosos de diversa índole.

En la Plaza Nueva se habían representado comedias y obras de teatro, así como el lucimiento de jinetes a caballo con antorchas, dando vítores y disparando cohetes.

El último día se coronó la fiesta con una gran corrida de 6 toros, habiendo, según la crónica, gran cantidad de lidiadores y no ocurriendo desgracia alguna.

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