El Camino de Santiago que pasa por Campillo de Altobuey

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Hacer el Camino de Santiago está de moda. Recorrerlo y contemplar las catedrales, iglesias, monasterios y hospitales que lo jalonan es un aliciente para los innumerables turistas culturales que visitan el país, desde japoneses a norteamericanos, europeos de cualquier nación y, sobre todo, españoles, que lo tienen más a mano.

No vamos a decir que no haya peregrinos que realicen el recorrido por una cuestión personal de tipo religioso o espiritual, que esa era su primigenia razón de ser, pero en la actualidad ese sentimiento ha decaído mucho, y ahora se hace la caminata como el que va a una maratón, un turismo pedestre bastante alejado de los objetivos que pretendían conseguir quienes lo iniciaban en la Edad Media: el cumplimiento de una penitencia impuesta por los confesores o elegida por uno mismo por devoción al Hijo del Trueno (el apóstol Santiago) o para expiar los pecados cometidos. Incluso se acudía a Santiago en acción de gracias por algo positivo sucedido o para pedirle al Apóstol ayuda en cualquier aventura en que se iba a ver metido el peregrino.

Peregrino, peregrinar, viene del latín “per agrum ire”, ir por el campo hasta Santiago de Compostela, uno de los polos de atracción de peregrinos más importante del mundo cristiano, junto con Roma (romero) y Jerusalén (palmero).

Hay tantos caminos de Santiago como personas y lugares de los que se parte, y, por eso, están cogiendo ímpetu otras vías de peregrinación a Compostela, como la Vía de la Plata, por ejemplo.

El más famoso, el mejor señalizado y el mejor dotado de instalaciones al servicio del caminante es el llamado Camino Francés, con albergues, hospitales, monasterios, iglesias y catedrales que visitar, lugares de acogida, atenciones personales, fuentes de agua y hasta de vino… Si vemos un mapa antiguo de Europa y, más en concreto, de Francia, comprobaremos que hay innumerables caminos o vías por las que ir en peregrinación a Santiago de Compostela. Pues en España pasaba igual, donde todos los caminos podían conducir a Santiago, aunque teniendo bien claro que el camino mejor habilitado era el llamado Camino Francés del norte de España.

Por Paulusburg – Trabajo propio, CC BY-SA 4.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=76979990

Campillo, ancestral nudo de comunicaciones

La importancia histórica de Campillo siempre le ha venido dada por los caminos, Campillo es un ancestral nudo de comunicaciones entre el centro peninsular y las costas de Levante. El Camino Real de Valencia a Madrid se dividía en Campillo en tres ramales, uno hacia Cuenca y Burgos, otro por Barchín hacia la corte madrileña, y otro por Motilla hacia Toledo y Lisboa. Antes había convivido y discurrido paralelo a la Cañada de los Serranos del Reino de Valencia del Honrado Concejo de la Mesta, y mucho más atrás lo habían iniciado calzadas romanas que iban a Cesaragusta y derroteros ibéricos por los que circulaban el hierro y la sal, productos que está descubriendo el registro arqueológico de la comarca.

Tal y como se ha explicado, Campillo constituía una “tri vialidad”, es decir, un lugar donde el camino se dividía en tres ramales, y de ahí viene la expresión “trivialidad”, es decir noticias o comentarios falsos o poco importantes que se solían decir en las posadas y mesones por donde pasaba mucha gente.

Campillo, parada del Camino de Santiago del Levante (o Valenciano)

Hoy día se están llevando a cabo estudios interesantes sobre los caminos a Santiago y se está descubriendo que existieron otras opciones de viaje y con bastantes medios de atención a quienes iniciaban el recorrido de peregrinación. Y es lo que ocurre con el Camino de Santiago Valenciano, que pasaba por Campillo, venía por Requena y Utiel, cruzaba el río por el puente del Pajazo y seguía en dirección a Cuenca, a enlazar en Burgos con el Camino Francés, el más cómodo y seguro en siglos pasados.

Campillo disponía de instalaciones suficientes para la acogida de viajeros y peregrinos en aquellos años; había albergues, mesones y posadas, hospicios, hospitales, pobreras, lugares de descanso, atención espiritual dispensada primero por los franciscanos y luego por los agustinos, y cierta seguridad en los caminos por el abundante tránsito de hombres, ganados y mercancías.

Que por Campillo pasaba el camino de Santiago del Levante nos lo confirma el hecho de que una de las naves de la iglesia parroquial estaba dedicada al Apóstol, donde contaba con un altar de culto importante, adornado con frontales y dotado con alguna capellanía colativa para decir misas a devoción del santo. Del mismo modo, el patrón de Paracuellos es también el Apóstol Santiago, camino y dirección que era seguida por aquellos que querían acortar un poco y se dirigían hacia Monteagudo de las Salinas, para desde allí, caminar hacia Cuenca.

Lo que está sucediendo ahora es que, de vez en cuando, cae por Campillo algún peregrino a Santiago, que sabe que el camino pasa por aquí, pide que le sellen su pasaporte de peregrino o compostelana e incluso piden albergue, que se les da de forma gratuita abriéndoles el polideportivo.

Por eso, no estaría mal señalizar el camino de Santiago al paso por Campillo y su término, lo que contribuiría a dar a conocer más nuestro pueblo y poner de relieve su rico patrimonio monumental.

Camino de la Lana

También ha tenido cierto éxito y auge desde hace algunos años el llamado Camino de la Lana, que según algunos se iniciaba en Monteagudo de las Salinas, afirmación sin demasiada apoyatura histórica y sí exceso de sentimientos. No hay un Camino de Santiago o Camino de la Lana que se inicie en Monteagudo, lo que indicaría un exceso de localismo, y volvemos a recordar que habría tantos caminos de Santiago como personas y lugares de partida.

Ahora bien, dicho esto, lo que parece contrastado y datado, es que en el año 1624 partió en peregrinación a Santiago un natural del pueblo de las salinas, Francisco Patiño, con su mujer, italiana, María Franchis, y un primo de aquel, Sebastián de la Huerta.

Antes, Patiño tuvo una peripecia vital movida como marinero de navío en Italia. En uno de estos viajes por el Mediterráneo, fue apresado por los piratas turcos, junto con el resto de la tripulación, se les condujo a Argel y Constantinopla, estuvo condenado a galeras y pasándolo francamente mal por las duras condiciones de su cautiverio. Por eso y en tales circunstancias, Francisco Patiño hace voto de ir en peregrinación a Santiago si conseguía ser puesto en libertad por los turcos, como así sucedió. Se casó con la italiana María Franchis, y al declarase un voraz incendio en su casa, cercana a Parma, de nuevo se encomienda al Apóstol y le promete ir a visitar su sepulcro en Galicia. Cuando volvía a España por tierra, al cruzar Francia fue atracado por una banda de ladrones y por tercera vez solicitó ayuda al Apóstol Santiago. Llegó como pudo a Monteagudo de las Salinas, convenció a su primo, y los tres partieron en dirección a Santiago, por Cuenca, donde existía y existe el Hospital de Santiago, y de allí a enlazar en Burgos con el Camino Francés.

Por lo tanto, el hipotético inicio del Camino de Santiago en Monteagudo, llamado por algunos poco informados como Camino de la Lana, no tiene más fundamento histórico que el relatado, es decir el inicio documentado de un viaje de peregrinación por particulares en 1624, lo que tampoco le resta importancia ni hay intención de minusvalorarla.

Santiago Montoya Beleña.

Campillo, 2019

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